diumenge, 28 de setembre del 2008

De PERDIDOS al río

Dad a las series yonquis la importancia que tienen: toda. Como los hijos, te quitan tiempo, vida social, horas de sueño... Pero también dan esas muchas satisfacciones compensatorias: horas y horas de tema de conversación, tener ganas de llegar a casa para verlas, descubrir cosas nuevas en cada capítulo...


La alternativa vendría un poco a ser: "ten un hijo o engánchate a Lost".

El nacimiento de Jack y Sawyer ha sido de vital trascendencia en mi vida reciente. Adoro a Jack, y detesto a Sawyer. Sawyer es un cromañón con todas las de la ley, y por ende provoca en ti esos sentimientos encontrados de tensión sexual y desprecio. Jack está igual de bueno y además es el médico de la serie y por tanto se erige en líder absoluto de la comunidad, tiene una calidad humana palpable, se preocupa por todos y sabe un montón de cosas. El otro no sabe absolutamente nada y además es vulgar y desagradable. Pasa que, a la que el cromañón presenta un atisbito de sensibilidad o una ínfima justificación de su comportamiento (un pasado chungo), de repente "ay qué mono" y "si en el fondo es bueno". Y una leche. No estás midiendo a uno y a otro con la misma vara. Nunca estuve de acuerdo con la resolución de la parábola del hijo pródigo, no puedo estar de acuerdo con ésta.



Y encima Kate se quedará con el capullo, como si lo viera. Una gran lección para la humanidad. Bueno, esta chica nunca me pareció tampoco que tuviera un par de dedos de frente. Me sabe mal porque Jack sufre. En fin, cuando salgan de la isla ya quedaré con él y le explicaré el porqué Kate tampoco vale la pena.




Hoy es un día Lost, acabo esta entrada e inicio maratón que parará únicamente a la hora de comer y hasta que el cuerpo resista.

No imagino un plan mejor.

dimarts, 23 de setembre del 2008

De República a Principado

Ai, mira, que estic farta de dir que m'agradaria estar a llocs on acabo d'estar i de criptificar entrades. Con lo que me gusta a mí contar las cosas.

Este finde he estado en Venecia, con un par.

Y sí, ahora siento esa "profunda emoción de recordar el ayer", perquè amb prou feines podia caminar con los adoquines resbaladizos de baba y panna que iban generándoseme al paso.

He estado en Venecia porque a 21 de Septiembre del año pasado decidí alargar el verano, digamos, eternamente y, a riesgo de que se me retire la palabra por empalagosa, he viscut el cap de setmana en color sèpia.

Lo prescindible y lo imprescindible:

- El campanario de San Marco: imprescindible. Sube y quiérete tirar sobre los tejados rojos.

- El Museo Correr: prescindible. Más te vale "correr" antes de que te atrapen todas las vírgenes (que son muchas) y sus jesuses rechonchos.

- Els cappuccinos i els gelattos: imprescindibles.

- Les pizzes: prescindibles.

- La góndola: prescindible. Es la turistada máxima. Yo que tengo esa desviación irracional de pensar que si es caro por algo debe de ser y bien debe de valerlo, con el tema de la góndola pasé mi buena media hora sintiéndome más timada que la víctima del trilero. No son gondoleros, son piratas. Y ni cantan "Oh sole mío", ni nada. A sobre, el nostre portava el "jersey a rallas" debajo de uno blanco, así, a medio uniformar.

- El Príncep: imprescindible. Porque Venecia es un principado y, en el fondo, mucho que hacer, mucho que hacer, no hay. Lo que hay que hacer en Venecia es buscar els racons dels petons (esos en los que no hay turistas como tú). A Las Vegas con colegas; a Venècia, amb el Príncep.

A la fi del món, de fet, amb el Príncep.

dimarts, 2 de setembre del 2008

L'altra cara de la moneda

Sovint no tenim tota la informació sobre les coses que passen, que ens arriba fraccionada i parcial. De vegades, però, ens deixen veure les dues cares de la moneda.

Avui publico un mail que m'ha enviat un bon amic, i el publico perquè és just i perquè el Ricard, que treballa en aquella companyia aèria que tots tenim al cap, té tota la meva credibilitat i sé que també tindrà la vostra:

Hola a todos,

Intentando recuperar el cansancio y el sueño perdido, quiero escribiros para devolveros las múltiples muestras de afecto recibidas directa o indirectamente desde lo ocurrido el pasado 20 de agosto, realmente cada una de ellas me ha levantado una sonrisa y me ha dado fuerza para seguir apoyando a las familias de las víctimas todos estos días. Probablemente han sido los días más largos y duros que he vivido en toda mi vida, aunque intentando mantener una posición distante con las familias de los afectados en el accidente es imposible no embriagarse del dolor provocado y las pérdidas ocasionadas. Con todo esto sólo quiero daros mi visión de lo ocurrido, mi perspectiva desde dentro puesto que he vivido multitud de situaciones en casi todos los frentes: aeropuerto, IFEMA, Almudena (tanatorio), hospitales, hotel Auditorium (el de las familias), hotel Meliá Barajas (el de las familias de las tripulaciones), consulados… he estado en contacto con casi la totalidad de las familias afectadas al igual que más de un centenar de voluntarios desplazados de todas las bases de la compañía (sin contar los centenares de voluntarios involucrados en diversidad de tareas no directamente en contacto con las familias).

El único objetivo de TODOS los miembros de la compañía desde un primer momento ha sido la atención a los familiares. Esos a los que nunca podremos compensar y que merecen mi más sentido pésame, parte de mi corazón se rompió ese día y ese pedazo irá con ellos el resto de mi vida. He vuelto a creer en la gente después de lo ocurrido, la humanidad ha fluido en todos los sentidos a pesar de lo que hayáis podido leer y las muestras de afecto hacia nuestra labor han sido unánimes aunque me parecían fuera de contexto dada la situación; no había un “gracias” que no me rompiera por dentro y con el primer abrazo sentí que valdría la pena todo el esfuerzo que iba a realizar los siguientes días.

Esa voluntad me obliga a hacer 4 reflexiones sobre lo leído en la prensa estos días, puesto que se han escrito auténticas barbaridades de lo ocurrido y formo parte de un grupo (que casi llamaría familia después de lo unidos que hemos estado ante esta situación) que se ha sentido maltratado por algunos medios en lo que a objetividad obedece. Pendientes de la finalización de la investigación y con ganas de llegar al final de todas las responsabilidades que de ella puedan derivar, sólo quiero mencionar que lo más probable es que esta tragedia haya sido “sólo” un accidente, algo que a pesar de cumplir y superar escrupulosamente con todas las normas de seguridad, tratarse de uno de los aviones más seguros del mercado (mucho más que muchos de los nuevos), no haber tenido ningún accidente con víctimas mortales en 20 años de historia y haber transportado más de 100M de pasajeros parece no convencer a nadie. No lo digo sólo por el mecánico linchado públicamente antes de conocer sentencia (algo que no le importa en absoluto porque no se recuperará en su vida de lo sucedido), ni por los pilotos que también murieron y que os aseguro no habrían arriesgado su vida si hubiera habido el más mínimo indicio de riesgo, ni los que opinan que la crisis y el ERE ha provocado este accidente y aquellos que culpan a la gestión como desencadenante de lo sucedido; lo digo por todos y cada uno de los que seguimos levantándonos cada día para seguir haciendo nuestro trabajo de la forma más profesional posible.

Profesionalmente, se empieza también un difícil momento para todos con lo sucedido pero no dudo que saldremos adelante.

Un abrazo a todos que os he llevado muy dentro,

Ricard.