Bombones à la Blanca

(shhhhhhhst!! lo sé, es ilegal, pero duerme y nunca lo sabrá.)

Nàdia (macaaaaaa), no sé cuántas clases de spinning vas a tener que sufrir para compensar tamaño pecado, desdeluego hace explotar directamente todas las Cantidades Diarias Recomendades habidas y por haber. Lo prometido es deuda, disfruta'ls!!

Gentilesa de la Blanca, publico receta sin editar. Lo del nesquik (genérico) también es cosa suya, nadie ha censurado ningún supuesto cola-cao turbo.

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Preparación: fácil (pero mejor con el estómago lleno).

Para: un montón de personas.

Ingredientes:
· 250gr galletas príncipe

· Cucharada sopera colmada (por raro que pueda sonar) de mantequilla o margarina

· 4-6 onzas de chocolate con leche (si no tienes, puedes echar algo más de mantequilla y leche y mezclarlo con nesquik )

· Cucharada sopera colmada de leche condensada

· Cucharada sopera colmada de leche normal

· Mortero (también puedes meter las galletas en una bolsa y saltar sobre ellas con tacones – puedo constatar que funciona)

Preparación:

1. Machaca las galletas príncipe hasta que sean miguitas; como referencia, que las más grandes sean como el granulado de los Ferrero Rocher.

2. Pon en un cazo la mantequilla con el chocolate y la leche normal hasta que la mezcla sea una salsita de chocolate, no la reduzcas mucho, que siga siendo líquida, piensa que eso es luego el “cemento”.

3. Echa la leche condensada y remueve para comenzar a cohesionar las miguitas de galleta, acto seguido echa la salsa de chocolate (la verdad es que aquí el orden de los factores no altera el producto, lo importante es que no se empiece a enfriar la salsa de chocolate).

4. Sigue removiendo hasta que sea una especie de masa bastante espesa

5. Coge bolitas de esa masa y hazlas más bolita todavía. Mételas en la nevera y en un par de horas tienes tus bombones listos para sorprender y enamorar

6. Truco profesional: al cabo de una hora de estar en la nevera más o menos, repasa las bolas. Como ya llevarán rato en la nevera, será más fácil darles una forma más lisa, y se desharán menos al morderlos.

Riesgo: son un vicio.

Consejo: no comáis demasiados, a no ser que llevéis varios días comiendo mucho queso.

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Personalment, vaig optar per l'opció "saltar sobre ellas", es más lúdico y más Teatro de los Sentidos (un altre gift agradecible a Blanca, una inspiring).

The Final Countdown

No espereis que salga a actuar en, al menos, una semana. He cogido vacaciones en la que será la última semana de Glòria en España. Le (énfasis) voy a dedicar la semana. Naturalmente, una de las cosas que me ha prohibido terminantemente (accediendo yo sin rechistar, echaré de menos las prohibiciones y murritus que antes echaba de más) es acceder, comentar, actualizar, hablar de, pensar en, hacer referencia a, recordar, planificar,... EL BLOG.

Qué manía tiene la gente de irse pels puestos...

Volverán las oscuras golondrinas

La vejez me sobreviene. Este fin de semana he tenido (otra) despedida de soltera. Eran ya los últimos coletazos de la noche del sábado, rímel corrido included, cuando pasaron unos ganàpies por nuestro lado. Uno de ellos, dirigiéndose a mí, le dice a sus colegas (igualmente imberbes): "Ésta, para mí", a lo que otro replica: "Qué dices, tío, eres demasiado joven para ella". Un detalle lo de "demasiado joven para" cuando podría haber sido un "demasiado vieja para", aunque venga a ser lo mismo.


Es que yo ya no soy demasiado joven. No soy demasiado joven para casarme, ni para tener hijos, ni para comprarme un piso, ni para usar cosmética preventiva, ni para casi nada para lo que me servía como excusa, postergando así algunos (indeseados y age significant) asuntos. Las bolas chinas pasarán en breve de ser un medio para conseguir un nivel de ejecución sexual digno de una thailandesa a una necesidad terapéutica que me permita alargar el (escabroso) momento de usar Tena Lady.

Añádele que he asistido este año a un reencuentro en el cole "10 años después" de dejarlo, y ya era adulta. Añade además la cena del próximo 30 de junio, en la que pompeians i pompeianes de la meva promoció (ya hemos confirmado más de 100) ens retrobarem para contarnos qué ha sido de nuestras vidas tras dejar el nido (bodas, hijos y pisos por doquier).


Y no estoy preparada para esto. Quiero una motocicleta.

Poder llegar a cualquier lugar

A veces hago cosas porque se me ocurre la posibilidad de poder hacerlas. Es como dar un giro inesperado a una pregunta retórica.

Es estar llegando tarde a mi cena con Blanca y decirle a Glò que me lleve al restaurante, que ella me diga: "Vale" y sepa de inmediato que "aquí hay gato encerrado". Ella no hace estas cosas, estas situaciones, simplemente, no se dan. Le he pisado, perpleja, los talones hasta el recibidor, con los ojos muy abiertos (¿me va a llevar?), ha cogido las llaves de la moto y me las ha puesto en la mano.

No sólo no tengo carné de conducir, es que NUNCA he circulado, at all.

Todo era una gran metáfora, pero le he dado el giro inesperado. He cogido las llaves y me he marchado. Y he cogido la moto, me he adentrado en un tráfico de jueves night fever (Fc Macià incluído) y ya puedo sumar ésta a mi lista de intrepideces.

Sabía que tenía un don natural para la conducción, lo sabía.

Los que me conoceis sabreis que todo lo que quiero ahora en esta vida es una motocicleta que me sirva pa correr, y quiero una camiseta que tenga el número 100.

Sabiduría popular

Y qué me gustan, a mí, estas cosas. En estant ahir a la Barceloneta, vaig poder afegir l'última joia de la colecció.

Aquí, uns exemples:

Mandar al carajo: originariamente un castigo, que consistía en mandar a los marineros que no cumplían con sus quehaceres a la parte más alta del mástil del barco, a una especie de cesta (el carajo), donde se pasaban tres días mareaos perdidos hasta que recapacitaran. (Fuente: señora hondureña en playa).

Irse de picos pardos: se remonta a aquel tiempo en que las prostitutas llevaban discretos pedazos de tela color marrón, de forma triangular, colgando de sus ropajes habituales, para ser reconocidas únicamente por los que tuvieran a bien reclamar sus servicios. (Fuente: no me acuerdo, vaya por Dios).

Estar en Babia: se dice que un rey en la Edad Media tenía una de sus residencias de verano en Babia (León), donde se retiraba para pasar temporadas de descanso. Cuando en la Corte preguntaban: "¿dónde está el rey?" y se les respondía: "el rey está en Babia", era señal que el monarca se encontraba en uno de sus recesos, en total estado de abstracción y, por tanto, no debía ser molestado. (Fuente: Arantxa, mítica camarada en Hard Rock).

Que no te las den con queso: hablamos aquí de timo, concretamente de catas de vino malo y barato vendido a precio de gran reserva. Para ello, nada mejor que ofrecer un buen queso de sabor fuerte para neutralizar el del caldo. No os dejeis engañar. (Fuente: Glòria, o al menos ella estaba presente cuando nos lo contó nosequién).

¡A buenas horas, mangas verdes! No es que yo lleve siempre camisetas verdes (podría darse, esta expresión probablemente es de las que más veces he tenido que escuchar referida a mi persona). Quienes llevaban casacas verdes eran los policías urbanos allá por el siglo XIX, una de las características de los cuales no era precisamente la puntualidad. (Fuente: Montse García, nuestra profe de Lite en 3º de BUP).

Estar entre Pinto y Valdemoro: mi favorito, por haberlo podido experimentar por mí misma en una de las escapadas (els podem dir chupinades?) a Madrid amb les Chupis, el dia que vam agafar un rodalies direcció Toledo. Dos paradas de tren seguidas: Pinto... y Valdemoro. ¿Qué hay en el medio? La más absoluta nada (la meseta). Muy revelador. (Fuente: experimentado en primera persona).

Irse por los cerros de Úbeda: en su origen, cuando uno de los capitanes del Ejército se escapó antes de entrar en combate y reapareció al final, alegando que se había perdido por los cerros, su significado era de cobardía. Actualmente le damos otro uso, como también damos otro uso a la palabra enervar. (Fuente: Montse García, la misma profe, The One).

Estar en la luna de Valencia: de cuando Valencia era una ciudad fortificada y existía toque de queda. Quienes llegaban más allá de ese límite, se quedaban a las puertas de la ciudad sin más que hacer que observar su luna. (Fuente: JordiDeValència, o Chordi).

Y dicho esto, me vuelvo a la playa, mi nuevo Templo del Saber, abierto al mar.

Orden y concierto

Terriblement emocionada pels cursos que organitza la meva empresa y sus posibles repercusiones y aplicaciones multi-entorno, más allá de las razones profesionales que me mueven a hacerlos:

1) Gestión del tiempo. Aquellos que os hayais sentido alguna vez faltos de respeto por mi parte en este aspecto hallareis aquí una luz al final del túnel.

2) Comunicación interpersonal y asertividad. Cierto es, que con los años, me he vuelto más blanda (con lo que yo había sido). Pel que fa a l'entorn personal, este curso va dedicado a mis antihéroes y a las estupideces constantes que tengo que lidiar por su culpa.

Xa foi

Y ninguno de mis personajes ha sido capaz de resistírsele.

Pistoletazo de salida

Es verdad que yo no necesito comer sardinas para beber agua. A esto súmale que, joder, si comes sardinas, la probabilidad de querer beber agua es, cuando menos, alta. En lo que va de semana, dos de las personas que me han preguntado qué hago este fin de semana no me han preguntado, en cambio, por qué o a qué me voy a Madrid (qué falta de curiosidad, o de valentía). Con las ganas que tenía yo de contarlo.

En fin, pasos atrás... ni para tomar carrerilla.